Paisajes de la memoria

Siempre ha existido una dualidad entre el orden y el caos, una búsqueda entre dos mundos contrastados donde puedan convivir un mundo libre un mundo acotado, un mundo vertical y otro horizontal.

Así es como espectadora definiría la Naturaleza de Cristina, paisajes que conviven y al mismo tiempo se interrumpen, donde fluye la pintura libre, suelta y la pintura intervenida por una linea firme, que invade sutilmente toda la horizontalidad del paisaje, reflejando en los lienzos la intervención de la arquitectura en la naturaleza.

Hablamos de paisajes delimitados por ventanas de lienzo que los encierran, acotando un espacio ilimitado, como lo hacemos nosotros que vivimos nuestra naturaleza invadida cada día, cada vez que cerramos nuestras ventanas, planos que intervienen por el cielo del cuadro de manera artificial que filtran pequeños registros geométricos de lineas amarillas, que simulan la cinta de carrocero por su fragilidad creando un delicado juego óptico.

Lineas que forman planos de arquitectura, que sugieren la perspectiva y ceden al espacio el protagonismo en toda su obra. Lienzos llenos de ritmo, paisajes vírgenes que se enfrentan sin oponerse a un mundo geométrico, organizado, hierático y artificial que se fusionan para reflejar la mano del hombre en la naturaleza, creando un dialecto entre limitado e ilimitado, entre dibujo y materia.

La pintura meditada de Cristina, nos refleja un paisaje atormentado por su calma, el sueño de dos mundos que se encuentran, que nos invitan a escuchar en silencio un silencio que escucha.

Silvia Amarelo
Galería Dua2
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